Ellos,
mirando a los venerables Padres antiguos, especialmente al Profeta
Elías, tomaron una conciencia más viva de su vocación
contemplativa, orientando su vida por completo a la Escucha de la
Palabra de Dios, en oración, trabajo y soledad.
Al
principio del siglo XIII recibieron una norma de vida en la Regla
que les entregó San Alberto, Patriarca de Jerusalén. Pronto
pasaron a Europa y la Iglesia los acogió entre las Órdenes
Mendicantes.
Desde
estos principios hubo mujeres que trataron de asumir el espíritu
de la Orden viviendo según la Regla y las tradiciones
carmelitanas Pero sólo fue hacia mediados del siglo XV que
lograron una organización canónica, por medio del que en ese
momento era el general de la Orden, el Beato Juan Soreth, quien
obtuvo del Papa Nicolás V los permisos para la organización de
la Orden de las Monjas de la Bienaventurada Virgen María del
Monte Carmelo. Titulo que demuestra la índole mariana de la Orden
Carmelita, que tiene en la Virgen María un modelo e ideal de
consagración.
En
el año de 1.535 entraba en el Monasterio de la Encarnación, de
Ávila, España, Teresa de Cepeda y Ahumada, Santa Teresa de Jesús,
quien reforma al Carmelo, creando la rama de la Orden que se
conoce como Carmelitas Descalzas o Carmelitas Teresianas.
Bajo
su influjo nace también la Orden de los Padres Carmelitas
Descalzos o carmelitas Teresianos, siendo uno de sus primeros
miembros San Juan de la Cruz
|
En
Venezuela, las Monjas Carmelitas de México fundaron un Monasterio
en la ciudad de Caracas, en 1.739. Permaneciendo la fundación
hasta 1.874 cuando fueron expulsadas por el Presidente Guzmán
Blanco, quien ordena la supresión de los Monasterios en
Venezuela.
Finalmente,
en el año de 1.957 las Carmelitas Descalzas, regresamos a
Venezuela, fundando nuevamente un Monasterio en Caracas, gracias a
la entrega generosa de Hermanas provenientes de varios monasterios
de España.
|
|